La ciencia detrás de los antojos

La ciencia explica por qué cuando estamos tristes nos apetece comida insana con muchas calorías

¿Por qué cuando estamos tristes o estresados nos apetece comida reconfortante llena de calorías, sal y azúcar? ¿De verdad consumir este tipo de alimentos nos reconforta? A continuación, te explicamos las razones detrás de este comportamiento y cómo afecta a nuestro estado de ánimo.

La comida reconfortante, también conocida como "comfort food" en el mundo anglosajón, se caracteriza por ser fácil de preparar y se asocia con recuerdos positivos, según el psicólogo experimental Charles Spence de la Universidad de Oxford. Estos alimentos suelen ser ricos en azúcares y carbohidratos, lo que significa que contienen muchas calorías.

Otras investigaciones han demostrado que nuestro cerebro es el principal responsable de este deseo por la comida hiperpalatable. El cerebro posee regiones que amplifican la sensación de recompensa o gusto por los sabores apetitosos, incluyendo la comida dulce, salada y grasa. Estas regiones aumentan la liberación de dopamina, un neurotransmisor que tiene un papel importante en nuestro estado de ánimo, incluyendo la inclinación hacia la recompensa y la motivación. Esto significa que el cerebro nos incita constantemente a consumir comida reconfortante.

Además de aumentar la dopamina, se sabe que los alimentos hiperpalatables estimulan la liberación de insulina, cortisol y leptina. Esto puede provocar el deseo de un alimento o un sabor concreto. Por el contrario, los alimentos saludables, que son bajos en azúcar y en sal, no tienen este poder, por lo que nuestro cerebro no suele desearlos de la misma manera que un donut o una porción de pizza.

Pero, ¿realmente estos alimentos nos reconfortan? En muchos casos, los ingerimos para tranquilizarnos o encontrar consuelo, pero en estudios recientes, menos de la mitad de los encuestados afirmó recurrir a alimentos reconfortantes para "sentirse felices". En otra encuesta, una de cada cuatro personas admitió comer alimentos reconfortantes al menos cinco veces a la semana, pero más de la mitad luego se sentía peor y un 57% se arrepentía de haberlos comido. Esto indica que la comida reconfortante funciona a corto plazo con un subidón de dopamina, pero a menudo genera sentimientos de remordimiento y vergüenza a largo plazo, quizá porque las personas son conscientes de que estos alimentos no son saludables.

En conclusión, cualquier alimento puede subirnos inmediatamente el ánimo, sea o no hiperpalatable. Aunque la comida reconfortante puede ser una solución temporal para nuestros problemas emocionales, es importante recordar que a largo plazo no es la opción más saludable. Una dieta equilibrada y variada, rica en frutas y verduras, nos proporcionará los nutrientes necesarios para mantenernos saludables tanto física como mentalmente.